Wilder Penfield ha descrito la función del lóbulo temporal diciendo que tiene que ver con “la interpretación de las experiencias presentes a la luz de las experiencias pasadas.” Además, “el lóbulo temporal contiene un registro secuencial del consciente, un registro que se ha establecido durante la experiencia anterior del paciente.” En 1933, Penfield descubrió que, cuando estimulaba eléctricamente ciertos grupos de células nerviosas en el lóbulo temporal, el paciente “re-vivía” - como en una película o “visión retrospectiva” [flashback] - lo que de una manera u otra había experimentado antes en la vida. En otras palabras, el sistema del lóbulo temporal registra todas las experiencias que una persona en particular ha tenido; y aunque esté más allá del recuerdo directo del individuo (lo haya olvidado), todavía permanece registrado y puede ser traído de vuelta al consciente por medio de la estimulación eléctrica artificial o por una descarga eléctrica en el cerebro durante un ataque epiléptico. [1] [2] Los resultados de estos experimentos han justificado lo que Jackson y otros habían sugerido mucho antes - que el cerebro guarda permanentemente nuestras experiencias pasadas, las cuales están sujetas al recuerdo. Este recuerdo de sucesos pasados, pensamientos, e impresiones son la base de lo que los pacientes experimentan durante ataques complejos parciales. [3]
Se han usado varios términos en el pasado para lo que se incluye bajo el término de epilepsia del lóbulo temporal. Uno de estos términos es la epilepsia psicomotora; pero la Organización Mundial de la Salud ha adoptado la designación general de epilepsia de lóbulo temporal para esta enfermedad, y los términos más limitados de ataques parciales del lóbulo temporal y ataques complejos parciales para tipos específicos de ataques del lóbulo temporal que son muy diferentes de los de la epilepsia generalizada o severa.
Los síntomas de la epilepsia del lóbulo temporal son muchos, y pueden dividirse entre los asociados con los ataques mismos (llamados ictales) y los que ocurren entre ataques (interictales).
En la epilepsia del lóbulo temporal, el comienzo de un ataque se manifiesta generalmente en que el paciente de repente deja de hacer lo que había estado haciendo. Luego puede seguir un intervalo de automatismos, tales como chasquear los labios, retorcerse las manos, caminar, o llevar a cabo otras actividades que el paciente no recordará. Un paciente puede hasta continuar pasando las páginas de un libro, como lo hacía Elena. [4] El paciente puede también experimentar alucinaciones olfatorias de flores o sustancias malolientes. Esto es seguido por “experiencias cognitivas complejas del lóbulo temporal” que Wilder Penfield llamaba “visiones retrospectivas” [flashbacks], (“reproducciones”), “alucinaciones psíquicas,” o “ataques experienciales.” [5] Éstos envuelven alucinaciones de experiencias pasadas, y reactivación de la corriente del consciente.” [6] [7]
“Penfield señala que, durante la alucinación experiencial, el epiléptico tiene la doble experiencia de la re-creación del pasado con la consciencia del presente. La alucinación psicosensorial que se deriva de los lóbulos temporales puede involucrar cualesquiera de las modalidades sensoriales o una combinación de ellas, a saber, visuales, auditivas, olfatorias, gustativas, vestibulares, táctiles, o las alucinaciones ‘indescriptibles’ mencionadas por Williams.” [8] [9]
Durante el ataque, el paciente puede estar sentado, acostado, o hasta caminando y cantando, siendo totalmente inconsciente de lo que sucede a su alrededor. Durante el ataque, el paciente puede experimentar gozo, júbilo, depresión, y a menudo temor - como Elena G. de White experimentaba durante sus visiones. El automatismo puede estar presente al final mismo del ataque, y la terminación del ataque se nota porque el paciente comienza a responder a preguntas y órdenes. Algunos pacientes tienen un período de grados variables de confusión después del fin del ataque, la así llamada fase postictálica. Muy a menudo, los pacientes recuerdan lo que experimentaron o vieron durante el ataque, pero no lo que sucedió a su alrededor. [10]
Se ha informado que algunos ataques parciales complejos comienzan con la mirada fija y el cuerpo inmóvil, otros con movimiento y la mirada fija, y un tercer tipo con un “ataque con caída.” Dreifuss ha dicho: “La objetividad con la que pacientes con ataques parciales complejos describen sus alucinaciones es un punto de diagnóstico extremadamente importante.” [11]
En un ataque complejo parcial, los pensamientos pueden ser llamados ideacionales, pues envuelven pensamientos en los que el paciente se había espaciado previamente y en los cuales persevera. Estas ideas pueden repetirse en muchos ataques. “Su contenido puede ser personal, metafísico, o hasta trascendental (de la muerte, la eternidad), o puede ser bastante objetivo (fijación del contenido ideacional de una oración leída u oída al comienzo del ataque).” [12]
Referencias:
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